Según el famoso académico georgiano S. Janashia, aproximadamente hace 5.000 ó 6.000 años, una gran parte de Asia, África del Norte y Suroeste de Europa fueron habitadas por tribus análogas. Los Pirineos por los vascos, los Apeninos por los etruscos, la Península Balcánica por los pelasguianos, Asia Menor por los hititas y sumerios, que fueron los antecesores de los karvelianos (georgianos).

Las tribus de inmigrantes indo-europeos de diferentes lenguas y cultura se introdujeron en la extensa región, concretamente en la parte europea, y en muchos casos se mezclaron con los habitantes locales. Los inmigrantes desintegraron a la población autóctona y la mayoría de los pueblos modernos indoeuropeos son un producto de la mezcla de tribus inmigrantes indoeuropeas y aborígenes. De este grupo, los georgianos del Cáucaso y los vascos de los Pirineos son los únicos supervivientes. Así se formó la discutible hipótesis del parentesco de los karvelianos y los vascos.

La hipótesis remonta sus orígenes a los tiempos antiguos. Como ya es conocido, los griegos llamaron Kartli a la parte este de la Georgia moderna y a la zona de los Pirineos, Iberia. Creían que el rey de Babilonia Nabucodonosor (605-562 a.C.), trasladó a la población desde la Iberia española hasta el Cáucaso. Sin embargo, algunos estudiosos consideran que la creencia se basa únicamente en el hecho de que las dos regiones comparten el mismo nombre. No obstante, otros encuentran muchas cosas en común entre las costumbres populares y la lengua de ambos pueblos.

Asimismo, la afinidad de estas dos poblaciones era conocida en la antigua Georgia. Según Giorgi Mtatsmindeli (1009-1065), el escritor e intelectual georgiano del siglo XI, otro gran estudioso georgiano, aseguró que Ioanne Mtatsmindeli, junto con su hijo y sus alumnos decidieron viajar a España (“Spanaiat”) porque habían oído decir que los georgianos estaban relacionados con ellos.

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